Hace años, tuve mi mini huerto, pero lo dejé botado después de la última cosecha y he decidido retomar esta actividad como terapia familiar. Con mi hijo, iniciamos nuestro huerto de otoño, plantamos espinacas, lechugas, acelgas, rúcula, coliflor y unos pensamientos. Tengo suerte de tener niños y que les guste las plantas y la tierra; cada mañana es un disfrute regar las plantitas con ellos alrededor, sobretodo Martín que se puso tan contento con los primeros brotes.
Pusimos la piscina y pudimos soportar los días de calor incesante hasta ahora que ya se empieza a sentir más frío por las mañanas y las tardes. Ya no podemos dormir con las ventanas abiertas. Un amigo, me regaló unas chucherías japonesa y gringas para degustar. Desarmé un tejido calado que hice hace unos 10 años intentando crear ropa y espero que quede bien -nunca he tejido algo parecido-. Hemos comido rico, leído, jugado y visto películas, pero aún así siento que nos falta tiempo para pasar en familia, espero que podamos tener más momentos lindos, Martín lo necesita.
No es que no haya empezado el año, pero, sin duda, febrero ha sido siempre un momento tranquilo en casa, además de recargar las energías para un año escolar, es, inevitable e inconsciente, menester hacer una pausa para dar esos pasos importantes y sabios, y tomar buenas decisiones para aprovechar al máximo el tiempo.
Este mes, inicié lo que llaman las instruidas: un journal, para organizar mis meses y sacar provecho de cada día anticipándome a cada actividad o eventualidad. De por sí, llevo un sistema, hace años, de organización mensual de dineros, ingresos y egresos, pero jamás, me planifiqué para aprovechar mi vida. Así que, me decidí y a finales de enero de 2026, podré dar veredicto si fue útil o no el famoso journaling. Febrero fue el mes de prueba, me quedó desordenado y horrible, pero Marzo ya viene más lindo y ordenado.
Espero que empiecen bien el año escolar y si iniciaste la educación superior, te deseo éxito.
Rachel.-
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