Abril: mes del libro y muchas actividades


    Este mes, fue importante por los huevitos de Pascua que, en esta familia en particular, preferimos cambiar por malvas y marshmellow. Martín y yo no somos fanáticos del chocolate a menos que sea blanco, en su caso y puro, en el mío. Para la búsqueda de los huevitos, se me ocurrió hacer una locura en conjunto con el papá del enano que dejé evidenciado en un reel en Instagram.

    Resulta que Martincito recibió una carta del Conejo de Pascua que viajó por medio mundo para llegar hasta él, dejando dos canastos para ir tras los huevitos. Las indicaciones eran claras: cada huevito tendría una tarjeta con una pista para encontrar el siguiente hasta llegar al gran tesoro que era un prendedor de Martín Pescador. Recorrimos varias calles en donde su papá escondía cada huevito en el lugar planeado y debía escabullirse a medida que fuéramos avanzando con los niños y todo funcionó a la perfección. Es un lindo recuerdo lleno de magia e ilusión, me dieron el visto bueno para dejarlo para la posteridad.

    Llevaba tiempo sin subir el Santa Lucía y no supero lo rico que estuvo ese día, la temperatura precisa para caminar y mirar los rayados de las calles que suelo fotografiar. Me gusta dejar vestigio del centro que habla a través de las paredes.

         Aún me debo un libro y una flor por el día del libro, también fue el día del amigurumi y para este último, subiré un reel en Arco Iris De Azúcar tejiendo un regalito especial para un amigo de mi hijo. Llevaba tiempo sin tejer un amigurumi por mero placer y ver su cara al recibirlo es el mayor pago de la vida, una sensación que es difícil de explicar porque es una mezcla de satisfacción, ternura y alegría.

    Un amigo me invitó a un café hermoso y rosa en Ñuñoa: Pastelería Délice. Me tomé un café con culpa, porque llevo meses sin tomar café puro, así que buscando información, no le hará daño a mi beba, porque no tomo todos los días. Pedí el típico muffin de arándanos para catar el lugar y se ganó mis 5 estrellitas, quiero puro volver y probar más cositas con mis niñitos.

    El solcito de otoño es tan especial, me gusta tanto como la primavera. Aún así, espero ansiosa las lluvias, chapotear y correr bajo una tormenta. ¡Team invierno desde siempre!

    Nada más nuevo bajo el sol de otoño.


Rachel.-

Comentarios