Julio: salidas, hogar y Poti


    Este mes, quedó marcado por la vuelta a clases del enano y el cumpleaños de la Poti a fin de mes. Me dio un atacazo artístico y tejí sin parar, por casi dos semanas, para hacerle un regalo especial a mi niñita: una jardinera de Bingo de la serie Bluey. Valió, totalmente, las trasnochadas -a mí se me ocurre tejer en punto bajo-.

    Iniciamos Julio con una visita a un antiguo sitio que llevaba tiempo si visitar: los Diana. Fue la primera visita del Martín, aunque hubiera preferido que jugara con fichas, no quedaba de otra más que usar la tarjeta. Quería hacer algo especial, ya que la salida a la nieve ha sido postergada nuevamente y volver a clases sin haber hecho algo increíble en las vacaciones, no lo podía permitir. Mi enano está creciendo tan rápido, el tiempo es tan injusto; vivo, generalmente, cansada y sólo me queda atesorar fotos y anécdotas divertidas de mi niñito grande.

   
    Durante nuestro paseo dominical, nos encontramos con este local de pastelería japonesa: Sakumu. Nos compramos galletitas de té verde, dorayakis, mushimanjus, nerikiris y daifukus. Todo delicioso y definitiamente de mi gusto, porque no son sabores intensos, sino suaves y dulces en su justa medida.
    Mi mini huerto ha dado frutos, pero no tanto como esperaba, aún así me ha servido de experiencia y ahora con la siguiente temporada, probaremos nuevas técnicas, dejo de vestigio mi tortilla de acelga de huerto en casa.


    He aprovechado de acomodar todos los tesoros que hemos ido encontrando en el Persa Bíobio. De a poco nuestro hogar va adquiriendo más personalidad. Da gusto quedarse en casa, se disfruta el tejido, la lectura, los videojuegos, el tiempo en familia, los juegos en la alfombra y un comedor cuya mesa siempre está dispuesta para alguna glotonería. 


Y para finalizar, unas fotitos del cumple de mi enanita y sus dos añitos en nuestras vidas. Su sonrisa y su alegría es el mejor de los pagos de la vida.


Rachel.-

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