Tejiendo y destejiendo



    Para mi cumpleaños 31, mis papás me regalaron unas lanitas de algodón hermosas, de exquisita textura y ya tenía en mente qué iba a tejer: un chaleco de mangas anchas. A pesar de que me faltaron ovillos para hacer las mangas más dramáticas, me gustó mucho el resultado, quedó cómodo y bonito.
    No suelo tejer con palillos, así que el punto me quedó bastante bien según mi mamá. Ha sido gratificante tener el reconocimiento de mi madre, no había querido pedirle ayuda para probarme a mí misma que podía y porque, aún cuando trabajo este sentimiento, siento que cualquier comentario suyo puede provocarme un autoboicot.
    Es el segundo chaleco que tejo, porque primero quise hacer una prueba con otras lanitas que me regaló un amigo querido y porque me entusiasmé por los colores - a quién quiero engañar, ja, ja- así que dejaré fotitos de los detalles del primero oficial en otro post.

Me encantaría tejer más prendas, veremos qué pasa.

Rachel.-

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